"ALVARADO"

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329 - "Alvarado Olea Teodoro"
En este Junio se cumple un cuarto de siglo de la prematura partida del inspirador de esta revista, el doctor Teodoro Alvarado Olea. En la inmensidad sin orillas del tiempo que fluye sin pausa y sin prisa, parece que fue ayer. Veinticinco años son suficientes para que nuestra mirada se llene de justicia y objetividad.

En esa perspectiva, el juicio acerca del fundador ratifica y consolida todo cuando se ha dicho y escrito antes respecto de él.

Teodoro Alvarado Olea nació a comienzos de siglo en Manta, población en la cual se dibujaron sus primeros sueños. Domiciliada su familia en el solar guayaquileño, se formó aquí como un mozo prometedor, graduándose de bachiller en 1921. Pronto lo atrajo la política. Lo inclinaban hacia ella sus estudios en ciencias sociales y jurídicas, lo mismo que la impaciencia febril de su ardiente corazón. Integró la Asamblea Constituyente de 1928 – 1929 que dictó una nueva carta Fundamental muy progresiva y legalizó la jefatura suprema del gran médico lojano, Isidro Ayora. Casi una década más tarde, el doctor Alvarado Olea integraba el gabinete del general Alberto Enríquez Gallo, como Ministro de Educación. Los criterios respecto de ese gobierno coinciden en afirmar que fue honesto, respetable, rico en realizaciones aunque de fugaz ejercicio. Alvarado Olea dejó una huella perdurable de su paso mediante la promulgación de una nueva Ley de Educación Superior. Enríquez convocó a una Convención, reunida en 1938. Ante ella declinó sus funciones y la Asamblea designó entonces como Presidente Interino a Manuel María Borrero. Había ganado con un solo voto de diferencia al otro candidato, Alvarado Olea, quien ese mismo año fue designado Rector del Colegio Nacional “Vicente Rocafuerte”. Ese rectorado fue una de las épocas de oro del añoso establecimiento. Su dirigencia invitó a los intelectuales más prestigiosos de la ciudad a honrar la docencia vicentina, sin tomar en cuenta ni colores políticos ni diferencias ideológicas. Alvarado Olea conducía al Colegio con mano paternal pero enérgica. Se imponía por su alma más que por su ademán. Era 1941 un año excepcional. Se cumplía el centenario del Instituto nacido de los desvelos de quien lleva su nombre, don Vicente Rocafuerte. Con esa ocasión fue convocado en Guayaquil el primer Congreso de Educadores Secundarios, dándose realización a una programa amplio y fecundado. 

La guerra con el Perú constituyó el acontecimiento que nos llenó de pesares y rebeldías en ese pretérito que los bachilleres de la época recordamos con inmenso amor. Con la muceta recién estrenada, tras haberme graduado en el “Vicente Rocafuerte”, me matriculé en la facultad de Jurisprudencia, en cuyo primer curso encontré de nuevo al doctor Alvarado Olea como mi profesor de Derecho Político, asignatura que mucho lo entusiasmaba. Fue años después nuevamente Ministro, esa vez de Economía, en el interinazgo feliz de don Carlos Julio Arosemena Tola, allá en 1947 y 1948. Volvió a esa cartera en 1961, cuando su hijo, Carlos Julio Arosemena Monroy, en su condición de Vicepresidente de la República, sucedió a Velasco Ibarra, Presidente por cuarta vez.

La otra dimensión de la existencia de Alvarado Olea fue el periodismo. Cuando seguía estudios superiores fundó el semanario universitario “La Idea” con Antonio Parra Velasco, José de la Cuadra, Colón Serrano y otros jóvenes de los años veinte. Más tarde los encontramos como conductor de “Artes Gráficas Senefelder”, momento propicio para que reviviera sus anhelos de lanzar a todos los vientos del país una publicación nueva. Dice una conocida expresión que es hermoso para el hombre realizar en la madurez los sueños de la juventud. Ese fue su caso al convertirse en 1957 en suscitador, en aliento fermental de la revista VISTAZO dirigida desde ese año hasta hoy por su hijo, Xavier Alvarado Roca. El padre, feliz de proyectar en sus descendientes los mejor de sí mismo, fue su consultor, su consejero, su guía. Era la etapa en la cual esta revista se imprimía con viejos linotipos de plomo y se encuadernaba a mano. Se escribía más que todo con el corazón iluminado con el deseo de una Patria mejor. Nada hacía presumir que estaba cercana la partida de su fundador, que escribió el último editorial pocos días antes de que cayera en forma imprevista la pluma de sus manos.

Han pasado cinco lustros y año tras año se lo sigue, se lo seguirá recordando en ésta, su casa. Se actualiza su memoria especialmente en Junio, mes en que apareció VISTAZO, mes en que seis años más tarde, él se alejó de nosotros.

Con su remembranza, ligada indisolublemente a él, reaparece su esposa, la compañera de triunfos y esperanzas comunes, doña Amelia Roca. Ambos duermen su sueño interminable en el Camposanto de Guayaquil. Ambos fueron sembradores. Por eso su obra no ha terminado con su muerte. Se prolonga en el mañana y en el pasado mañana. Crece con el tiempo. Se multiplicará en el porvenir.

PERIODISTA DR. TEODORO ALVARADO OLEA
Por Dr. Francisco José Correa Bustamante

El Dr. Teodoro Alvarado Olea nació en el Puerto de San Pablo de Manta, provincia de Manabí, el 20 de enero de 1902. Su educación primaria la recibió en el colegio de los Hermanos Cristianos y la secundaria en el “Vicente Rocafuerte”. Ingresó a la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad de Guayaquil, donde se graduó con honores de doctor en leyes, el 19 de agosto de 1932.

Fue un destacado jurista y maestro de Derecho Político. Cumplió tareas educacionales, Diplomáticas y Administrativas. Ejerció con gran empeño y honestidad suma, los Ministerios de Economía y Educación Pública. Recorrió el país, informándose personalmente de las necesidades culturales, recibiendo al concluir sus funciones, el aplauso y reconocimiento de todos. En la provincia centinela de nuestra serranía sur: Loja lo denominó el primer maestro de nuestra frontera, por su constante preocupación en dotar de excelentes maestros para dichas comarcas.

El Dr. Teodoro Alvarado Olea, fue un diplomático de verdad, con el rango de Embajador nos representó en las Naciones Unidas en 1951. Aprovechó su permanencia en la ciudad capital del mundo: New York, para estar junto a nuestros compatriotas que por aquella época llegaban ya a los tres mil (Hoy más de trescientos mil). En la prestigiosa institución “Ecuador Sporting Club”, la misma que en noviembre próximo cumplirá 52 años de existencia, dictó una brillante conferencia sobre “El 9 de Octubre de 1820”.

El maestro Alvarado Olea tuvo una innata inclinación por las letras, manifestada a través de su fructífera existencia. Su tarea periodística la inauguró cuando en compañía del gran maestro e internacionalista, fundador de la escuela de diplomacia de la Universidad de Guayaquil, Dr. Antonio Parra Velasco, y del erudito periodista Lcdo. Colón Serrano Murillo, fundaron el seminario Universitario “La Idea”. En Junio de 1957, fundó “Vistazo” publicación considerada nacional e internacionalmente. La primera del País, su tiraje sobrepasa con holgura los cien mil quincenales y me consta como en el exterior es vendida “como pan caliente” en busca de una información veraz y oportuna. En esta revista el Dr. Alvarado Olea ejerció las funciones de Co – Director y Editorialista hasta el día de fallecimiento ocurrido en Guayaquil el 11 de Junio de 1963, es decir hace veinticinco años.

Rosas y claveles en la tumba de preclaro compatriota, cuya luminosa y fecunda obra periodística, la continúan con singular acierto sus hijos y colaboradores, brindando al país el deleite de un periodismo ágil y orientador.

– En 1963 miembros del Gabinete del Dr. Carlos Arosemena Monroy: Ministro de Economía Dr. Teodoro Alvarado Olea – 

330 - "Alvarado Chica Francisco"
Sub diacono
Diacono
Presbítero
Cura de Cusubamba en 1868
Cura de San Sebastian en 1877

331 - "Alvarado Cobos Francisco"
Lcdo. en Ciencias Sociales
Abogado el 22 de Julio de 1926

332 - "Alvarado Eduardo"
Sub diacono
Diacono
Presbítero
Canónigo Magistral de la Catedral de Riobamba el 10 de Octubre de 1885
Vicario de la Catedral de Riobamba en 1893

333 - "Alvarado David"
Tesorero Municipal de Cañar 1881 – 1882
Doctor en Jurisprudencia el 25 de Julio de 1887

334 - "Alvarado Lope de"
Miembro de la hermandad y cofradía de Nuestra Señora de los 7 Dolores y Compasión, de la recoleta dominicana, de nuestra Señora de la Peña de Francia, en 1600 en Quito

335 - "Alvarado S. Aurelio J."
Músico

336 - "Alvarado Olea Augusto"
Gerente del Banco la Filantrópica en 1930
Consejero Cantonal de Guayaquil
Presidente del Consejo Cantonal de Guayaquil
Miembro de la Sociedad Filantrópica
Tesorero de la Sociedad Filantrópica
Presidente de la Sociedad de Artesanos Amantes del Progreso
Profesor de la Universidad de Guayaquil
Ministro de Hacienda 1933
Presidente de la Cámara de Diputados en 1949
Vicepresidente de la República en 1949
Presidente del Congreso Nacional en 1949
Falleció en Guayaquil en Febrero de 1973

337 - "Alvarado Antonio"
Presbítero
Comendador del Convento la Merced en Portoviejo en 1768
Falleció en Guayaquil en Febrero de 1778

338 - "Alvarado Antonio F."
Lcdo. en Jurisprudencia
Doctor en Jurisprudencia el 23 de Enero de 1907

339 - "Alvarado de Guerrero Amanda"
Obstetra el 19 de Noviembre de 1927

340 - "Alvarado Alfonso"
Lcdo. Jurisprudencia
Doctor en Jurisprudencia el 9 de Mayo de 1914

341 - "Alvarado Cobos Alberto"
Doctor en Farmacia el 9 de Enero de 1933
Doctor en Medicina el 9 de Noviembre de 1934

342 - "Alvarado Garaicoa Teodoro"
Este prestigioso Jurisconsulto es uno de los ecuatorianos de labor más vasta. Se ha destacado en varias manifestaciones de la vida intelectual, y ha sido considerable su aporte a la cultura.

LAS VENTANAS DEL ESPÍRITU
Es la suya una residencia en la cual están abiertos los balcones espirituales, la primera impresión que se recibe al entrar en ella, es de una emocionante alegría. En ese hogar está cálida y radiante la sabiduría. Son salones llenos de libros, que de inmediato revelan la noble realidad de una vida entregada al estudio. Las obras de arte plástico acompañan a los volúmenes, y el conjunto guarda una sugestiva atracción.

EL CATEDRÁTICO
Desde la primera juventud ocupó la cátedra del instituto en donde había hecho sus estudios secundarios. El gran  “Colegio Vicente Rocafuerte” que de tanto prestigio goza en la República, lo tuvo como uno de sus profesores más distinguidos, y más tarde, cuando la carrera docente llegó a su plenitud, desempeñó con lucimiento singular la cátedra superior en la ilustre institución denominada “Universidad de Guayaquil”, que ostenta una gloriosa tradición.

LAS DISCIPLINAS INTERNACIONALES
Tuvo a su cargo la compleja disciplina denominada “Derecho Internacional Público”. Y luego se le confió la enseñanza de la asignatura más difícil: el Derecho Internacional Privado. Aquellos que han pasado por la Facultad de Jurisprudencia y Ciencias Sociales saben cuan amplia debe ser la preparación; cuantos los conocimientos de la legislación Internacional, y cuantas cualidades de maestro se necesitan para dictar con éxito una Ciencia tan complicada y múltiple como el Derecho Internacional Privado, la cual parece ser una síntesis de la Jurisprudencia, y un compendio de las Ciencias Sociales. Y también desempeñó la cátedra de Derecho Territorial Ecuatoriano, materia que exige un dominio de la historia nacional, y un alto criterio sociológico y jurídico. Finalmente fue designado Profesor Honorario de Derecho Diplomático, en la Escuela recientemente creada para dar preparación científica a los futuros representantes del país. La Universidad y la juventud mucho deber al Dr. Alvarado Garaicoa.

INFLUENCIA EN LAS UNIVERSIDADES EXTRANJERAS
Entre los libros que ha producido el maestro, hay uno que ha merecido el honor de ser consagrado como texto en algunas Universidades del continente. Se llama “Principios Normativos del Derecho Internacional Público”. Es una síntesis magnífica, que fue escrita especialmente para la Universidad de Guayaquil, pero que debido a su valor esencial; merced al hecho de que las normas fundamentales que en ella se sostienen no ha sido superadas y mantienen sus actualidad, saltó las fronteras patrias y fue acogida con fervor en otros países. Así, la Universidad de San Marcos sigue usándolo con creciente interés.

Hombre cuya mirada contempló los paisajes del mundo, ha dictado innumerables conferencias en muchas instituciones culturales y centros universitarios de varios países.

MAGISTRADO Y FUNCIONARIO
En el desempeño de varios cargos ha prestado sus servicios a la República. Fue secretario de la Gobernación del Guayas , vocal del Tribunal del Crimen; subsecretario de los Ministerios de Gobierno y Previsión social; Secretario de la Presidencia de la República y del Consejo de Ministros; vocal del Consejo Administrativo del Benemérito Cuerpo de Bomberos; Ministro juez de la Corte Superior de Justicia y actualmente ocupa la Presidencia de este magno Tribunal. Por mandato popular asistió como Diputado al Congreso Nacional, y la provincia del Guayas lo eligió sus senador. También fue vocal  del Tribunal Electoral de esta Provincia, y procurador de la Junta de Beneficencia de Guayaquil.

EL DIPLOMÁTICO
Una parte de su vida la dedicó a representar a la patria en el exterior, y las funciones diplomáticas a él encomendadas dieron renombre al país. Fue consejero de las Embajadas en Panamá, Cuba y México. Ministro Consejero de la delegación Nacional a las conferencias de Petrópolis, y también Ministro Consejero de la Delegación ante la D.E.A. Se lo designó Embajador en misión especial en México; embajador ante el Gobierno de los Estados Unidos; Embajador ante la Organización de Estados Americanos, y Embajador.

 Representante del Ecuador en la Reunión Conmemorativa del Congreso de Panamá de 1826. Y cuando su carrera diplomática llegó hasta el sitio más alto, fue ministro de Relaciones Exteriores.

REUNIONES CIENTÍFICAS
Asistió como delegado a los Congresos II y III de la Academia de Derecho Internacional de la Habana. De igual modo fue representante Ecuatoriano a los Congresos II y III del Instituto Hispano – Luso – Americano de Derecho Internacional, en Sao Paulo. Alcanzó el honor de que éste congreso, al cual asistieron altas personalidades científicas, lo eligiera su Presidente, haciendo así un acto de Justicia.

ASOCIACIONES CULTURALES
Como sus prestigio se ha difundido en el mundo intelectual, pertenece a muchas instituciones de carácter científico, literario y social. Es miembro Correspondiente de la casa de la Cultura Ecuatoriana y pertenece al Instituto Hispano – Luso – Americano de Derecho Internacional, de Madrid; del Instituto Hispano – Americano de Relaciones Culturales, de Guayaquil; al “Ateneo Ecuatoriano” de Quito; a la Cruz Roja Provincial del Guayas; a la Sociedad Bolivariana del Ecuador y a las de Chile y Argentina; a la Asociación Interamericana de Escritores de Buenos Aires; a la Sociedad Americana de Derecho Internacional, de Washington; al grupo Americanista de Intelectuales y Artistas Americanos; a la fundación  “Eloy Alfaro” de Panamá; al Instituto Cultural de Ideales Americanos; de los Ángeles; a la Asociación para el desenvolvimiento del Derecho Internacional, de Holanda; a la Sociedad Americana de Heráldica de los Estados Unidos; a la Academia Panameña del Derecho Internacional; al Instituto Cultural Argentino – Ecuatoriano, de Buenos Aires; a la confraternidad Ecuatoriana de Socorros Mutuos, de Chile; al Instituto de Artes y Letras de Lindau – Bonensee (Alemania), y es miembro de número de la Academia Ecuatoriana de Derecho Internacional. Ha ocupado la Presidencia del Centro Cultural Ecuatoriano Brasileño de Guayaquil; del Instituto Hispano – Luso – Americano de Derecho Internacional de Madrid; y ha sido Presidente Honorario del Instituto Económico Interamericano de Argentina.

LOS TROFEOS
Sus valores excepcionales han sido reconocidos por muchos gobiernos. Se le han conferido varias condecoraciones, y entre ellas las grandes Cruces, en el grado de Caballero, de la Orden al Mérito, del Ecuador; de la Orden del Cóndor de los Andes, de Bolivia; de la Orden Boyacá, de Colombia; de la Orden al Mérito de Chile; de la Orden Nacional “Cruceiro do Sul” del Brasil; de la Orden “Oranje Nassau” de Holanda; de la Orden Nacional José Matías Delgado de El Salvador; de la Orden General San Martín de la Argentina; de la Orden Nacional del Cedro de El Líbano; de la Orden Al Mérito Civil de España; de la Orden Eloy Alfaro de Panamá; de la Orden “S.S. Brigida” de Suecia y de la Orden San Juan Bautista de los Estados Unidos. Ha obtenido condecoraciones de la Academia Panameña de Derecho Internacional; del Instituto Hispano – Luso – Americano de Derecho Internacional y de la Fundación Eloy Alfaro de Panamá.

LITERATO Y PUBLICISTA
Uno de los aspectos más brillantes de la personalidad del doctor Alvarado Garaicoa es su obra de escritor. Ha producido varios libros de alta jerarquía, que garantizan y son testimonio de su solvencia intelectual.  Como publicista ha obtenido éxitos excepcionales. En la Universidad de Miami se usa como texto la producción suya llamada “La Doctrina Internacional de Franklin Delano Rosselvet” para el estudio de uno de los aspectos más importantes de ésta ciencia. El Congreso Nacional reconoció como texto obligatorio en las Universidades de la República, su obra “Sinopsis del Derecho Territorial Ecuatoriano”. En el vasto campo de las Ciencias Sociales ha enriquecido la Bibliografía nacional con producciones valiosas como “El Imperialismo y la Democracia a través de la doctrina de Monroe”; “La trascendencia de las reuniones interamericanas”; “El Río de las Amazonas”; ”La plataforma submarina y la nueva extensión del mar territorial”; “La responsabilidad del Estado en los daños causados a los extranjeros” y “La delimitación Territorial Ecuatoriana a través de células reales, protocolos y tratados”.

También la historia ha sido un campo ricamente cultivado por él, y fueron excelentes los frutos obtenidos. Es autor de un sugestivo libro sobre Vasco Núñez de Balboa. Una obra suya “Doce Hombres” contiene óptimos ensayos sobre otras tantas celebridades; fue acogida con fervor, y la edición de ella se agotó rápidamente. Produjo un libro profundo acerca de Bolívar y Lincoln. Un bello ensayo denominado “Perennidad de Bolívar”, y la obra llamada “Caminos del Mundo”, es el testimonio estético de la herranza de un viajero que mira a través de su vasta cultura y su fina sensibilidad a las ciudades y los paisajes. Arte, interés y emoción se juntan armoniosamente en este libro, que es uno de los más interesantes y originales de la nueva Literatura Ecuatoriana. El hecho de que el Dr. Alvarado Garaicoa conozca varios idiomas – inglés, alemán, francés y portugués, le ha capacitado para ponerse en intimo contacto con varios pueblos del mundo, y tratar acerca de ellos en una forma hermosa.

SOBRE LOS JUICIOS DE NÚREMBERG
Un editor norteamericano, auspiciado por la “Liga Naval” se dirigió a personalidades del mundo estadistas, escritores, internacionalistas pidiéndoles su opinión acerca de los fallos dictador por los tribunales de Núremberg. El estudio que remitió el Dr. Alvarado Garaicoa llamó la atención en la América del Norte, y el editor Thompson se lo envió al Almirante Donitz, quien fue el sucesor de Hitler. En comunicación dirigida al publicista ecuatoriano, el Almirante manifestó que el ensayo estaba ceñido a la verdad y a la realidad.
Con las opiniones remitidas por los personajes consultados, se formará un gran libro, que se editará el año próximo, y que según la opinión de los técnicos será un acontecimiento sensacional. Merece anotarse al hecho de que sólo dos personajes de la América Latina fueron consultados: al doctor Alvarado Garaicoa y un internacionalista mexicano.

HACIA EL PORVENIR
Mucho puede obtener aún la cultura nacional de un catedrático, escritor y estadista de tanto valor, y que se encuentra en la plenitud de sus facultades. Su amor al estudio; sus constantes investigaciones científicas, y la inquietud espiritual que posee, son las mejores garantías para una fecunda labor creadora.

TOMADO DE “LA SEMANA” PUBLICACIÓN SEMANAL DE LA CASA DE LA CULTURA, NÚCLEO DEL GUAYAS. SÁBADO 23 DE ENERO DE 1960. N° 32 Páginas 1 y 2

“En estos días circula la obra DERECHO INTERNACIONAL MARÍTIMO de cual es autor el distinguido jurista doctor Teodoro Alvarado Garaicoa. Se trata de una publicación auspiciada por la Academia de Guerra Naval de la cual el doctor Alvarado Garaicoa es ilustrado catedrático.

El Derecho Internacional público, rama que en nuestros días ha cobrado gran importancia. Tierra, mar y aire son los dominios seculares del hombre. Garantizar una armónica convivencia entre los Estados para gozar de esos preciados bienes es una de las grandes aspiraciones de la especie.  Así se asegurará la paz y el bienestar para el porvenir.

El doctor Alvarado Garaicoa recoge en su obra las últimas convenciones y doctrinas de la disciplina que cultiva. Combina en forma feliz la tradición con el hoy, los principios de alcance universal con las conveniencias nacionales. El texto tiene por eso un aliento ecuménico y un acento muy ecuatoriano.
La vida que posiblemente vino del mar, se preservará en los siglos venideros por las riquezas que del mar provienen. El nuevo libro del doctor Alvarado Garaicoa aparece en oportunidad en la cual el Ecuador defiende esa riqueza, sosteniendo su derecho a ejercer soberanía en el mar territorial de las 200 millas. Esperamos que esta obra contribuya a vigorizar en el país la conciencia de sus legítimas pretensiones y la eficacia de su acción.”

TOMADO DE “LA FIGURA DEL MES”. REVISA VISTAZO FEBRERO DE 1971.

DESAPARECE UN GRAN ECUATORIANO: DR. TEODORO ALVARADO GARAICOA.
Luego de una breve enfermedad, falleció en Guayaquil el diplomático, internacionalista y escritor Teodoro Alvarado Garaicoa. Su muerte, que enluta a conocida familias ecuatorianas, pone fin a una carrera brillante, que rebasó los límites patrios para proyectarse internacionalmente. Galardonado prácticamente por todos los países de América Latina, el Dr. Alvarado Garaicoa fue uno de los ecuatorianos que dio lustre a su nación con su inteligencia, su vastísima cultura y acendrado humanismo.

Nacido en Guayaquil, recibió su título de abogado y doctorado de Jurisprudencia. Desde muy joven prestó innumerables servicios civiles; fue concejal del ayuntamiento, secretario de la Gobernación, para luego ser elegido Diputado y finalmente Senador por la Provincia del Guayas.

En la Judicatura, su brillante carrera culminó con la designación de Ministro – Presidente de la Corte Superior de Justicia de Guayaquil.

En el campo diplomático, el doctor Alvarado Garaicoa deja señalada su impronta a través de años de servicio público, en cargos de indudable responsabilidad. Así, fue representante del país, como Embajador en reuniones internacionales celebradas en Petrópolis, Washington, México, DEA, Panamá, países bajos, Suiza, Austria, Nueva York y otras ciudades y países de todo el mundo. De 1952 a 1953 fue ministro de Relaciones Exteriores del Ecuador. Además de sus misiones en el extranjero con carácter diplomático, el doctor Alvarado Garaicoa debió cumplir como representante de organismos nacionales en diversas reuniones.

Su extraordinaria misión educadora se inicia como profesor del Colegio Vicente Rocafuerte. Posteriormente fue profesor de Derecho Internacional Público y Derecho Territorial en la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad de Guayaquil; profesor en la Universidad Católica de Guayaquil y en la Academia Naval; director del Instituto de Ciencias Internacionales de la Universidad de Guayaquil. Fue autor de numerosos tratados sobre temas tan diversos como el derecho internacional, la historia ecuatoriana y de América, el derecho internacional y otros. Cuando la muerte lo sorprendió ejercía con brillo la dirección del diario EXPRESO.

Para quienes nos honramos con la amistad de Teodoro Alvarado Garaicoa, más que su saber que era amplísimo, nos cautivó su admirable don de gentes, su sencillez y cordialidad, su fortaleza para enfrentar con valiente y generosa sonrisa los grandes golpes de la vida. Con su muerte el Ecuador ha perdido un eminente varón.

TOMADO DE “LA FIGURA DEL MES”. Revista VISTAZO Enero de 1974.

343 - "Alvarado Cueva Teodoro"
Banco de Crédito Hipotecario
Directores y Funcionarios 1905
Consejo de Administración
Directores Principales: Juan Illingworth – Presidente, Ramón Mateus – Vicepresidente, Carlos A. Aguirre, Francisco I. Jiménez, Ulpiano Bejarano, Juan Marcos.
Suplentes: Hernán Möller, Francisco Robles, Alfonso Roggiero , Euclides V. Cabezas, Manuel P. Mariscal, Jorge M. Icaza.
Gerente Secretario: José María Molestina Roca
Comisarios Principales: Francisco García Avilés y Teodoro Alvarado
Suplentes: Rodrigo Arrarte y Manuel J. Carbo
Abogado: Dr. Aurelio Noboa
Abogado Suplente: Dr. Francisco de P. Avilés Z.

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