71 - "Aguirre Pacífico"
En 1865 casi toda la fuerza
liberal, excepto algunas partidas que vagaban por la actual Provincia de El Oro, hallábase reunida a bordo de la
flotilla fondeada en Jambelí.
Santa Rosa estaba guarnecida por
las tropas del Gobierno y mandaba por los Cneles. Celestino Lara y Pacífico
Aguirre. Ignorando Urbina la llegada de García Moreno a Guayaquil y deseoso de
no dejar enemigo a retaguardia, se resolvió a dividir sus tropas, trasbordó
parte de ellas a Washington y partió en él a Zarumilla.
El Washington estaba mandado por
el comandante Juan Heredia y su segundo el comandante Francisco Modesto Game.
El menor números de tropas fue debajo en los demás buquecitos. En Zarumilla
saltó a tierra y siguió al Papayal donde se encontró con el Cnel. María
Irigoyen, quien con 30 hombres marchaba a incorporarse. “En Gualtaco, se
agregaron los Patriotas Gaspar Alamiro Plaza, adolescente, Julián Indaburu
Bodero, Juan Francisco Mariscal y Enrique Larroque. Horas después se
incorporaron a él”. Cnel. José María Cornejo, los Tenientes Coroneles Ramón
Cornejo, Pedro Jaramillo, Lautaro Lamota, Julio Lavayen y N. Saona, los
Sargentos Mayores N. Sánchez, N. Aguilar y cosa de 90 entre jefes, oficiales y
soldados venidos de Túmbez. Allí dividió sus tropas en cuatro columnas: una
dirigida por el Cnel. José María Cornejo el Cnel. José Sotomayor y Nadal y el
Comandante Antonio Suárez, otra por el Cnel. Pedro Jaramillo, el Teniente Cnel.
N. Sánchez y el Capitán G. Alamiro Plaza; otra por el Comandante Lautaro Lamota
y el Comandante Luis Medina y otra por el Cnel. Saona y el Sargento Mayor N.
Aguilar, muchos jefes y oficiales como los Cneles. Juan Antonio Robinsón, Pedro
Campusano, Ramón Cornejo, los comandantes Gregorio Rodríguez, Rafael, Pablo
Chica Cortázar, Julio Lavayen G., Pedro Ruiz, José Villao, el Dr. Francisco
Rivera Cortázar y varios capitanes, tenientes y subtenientes, quedaron sin
colocación, por escasez de tropa y marcharon armados de fusiles. También se
organizó un piquete de caballería, a órdenes directas del Gral. Guillermo
Franco, Jefes subalternos de ésta, fueron los afamados por su valor, comandante
Juan Manuel Campuzano y Capitán. José Zúñiga. El 24 de Junio llegaron a las
afueras de Santa Rosa. El Gral. Urbina mandó de Parlamentario al teniente Coronel
Julio Lavayen, quien fue recibido a balazos.
Entonces Urbina dispuso el
ataque. Las tropas conservadoras constaban de 300 soldados, las liberales no
llegaban a 200. Antes de alistarse las dos tropas, pues entre ellas había una
colina, dispararon casualmente un tiro, que mató al joven capitán Vicente
Franco, Edecán del Gral. Urbina. La tropa liberal embistió entonces furiosa,
por dos sitios. Duró el combate una hora, y la victoria vino a lisonjear a los
liberales. Se distinguieron entre ellos los jefes Lamota, Cortés, Cornejo y
Jaramillo y los tres últimos salieron heridos.
Cirujano de los liberales era el
benemérito Dr. Carlos Auz, quien ya muchas persecuciones del tirano no había
soportado en su Patria, a pesar de sus relevantes condiciones como médico y de
su corazón generoso y compasivo.
72 - "Aguirre Miguel"
Nació en Cuenca en Diciembre de
1851
Falleció en Febrero de 1919
73 - "Aguirre Mercedes"
Mercedes Aguirre, graduada en
Guayaquil el 30 de Julio de 1884 de Obstetriz
74 - "Aguirre Mateo"
Miembro de la Hermandad y
Cofradía de nuestra señora de los 7 dolores y compasión de la recolecta
dominicana, de nuestra señora de la Peña de Francia, en 1600 en Quito.
75 - "Aguirre Martín"
Por el año de 1550, los indios de
repartimiento de Lita y Quilta, de propiedad de Martín Aguirre, se levantaron y
dieron muerte al mencionado Aguirre y a otros cuatro Españoles, entre ellos el
clerito que los adoctrinaba. El cabildo de Quito comisionó al Capitán Francisco
de Olmos para el castigo y pacificación de los indios sublevados.
76 - "Aguirre Anzoátegui Manuel"
En Guayaquil el Doctor don Manuel
Aguirre Anzoátegui, catedrático de gramática latina y principios de retórica.
Sucesor del Padre Benavente en el Rectorado de nuestro colegio San Ignacio, fue
Vicerrector y profesor de Filosofía y Matemáticas, don Manuel Aguirre Anzoátegui,
sacerdote de vida y conducta ejemplares, gran cultura literaria y científica,
gran firmeza de carácter y superior inteligencia. En 1827 el Colegio San
Ignacio de Loyola prosigue su marcha regular bajo la dirección de don Manuel de
Aguirre Anzoátegui.
77 - "Aguirre Marcos"
En 1869 García Moreno aprehendió
en Pomasqui, poca leguas al norte de Quito. Al Gral. Ignacio de Veintimilla,
hermano del conspirador asesinado. Al principio quiso fusilarlo, pero luego
resolvió desterrarlo, porque el vecindario de Quito estaba muy alarmado y lo
desterró inmediatamente a Europa. Salió Veintimilla a Esmeraldas, por las
selvas de Mindo, en compañía de otro desterrado, el Cnel. Juan Nepomuceno
Navarro. Inmediatamente impuso destierro a otros liberales distinguidos.
Ora complicados, ora no, en la
conspiración de Veintimilla: fueron los Dres. José Vicente Nieto, Napoleón
Aguirre, Manuel Martínez Aparicio, Fausto Rendón, los señores Manuel Mariscal,
Manuel Mariscal Herrera, Francisco de Paula Mariscal, Juan F. Mariscal, Hilario
Indaburu, Marcos Aguirre, Gaspar Alamiro Plaza, Eduardo Ponte, Diego Maruri,
Fernando Sáenz, Enrique Larroque, Manuel María Loor, Valois Loor, Enrique
Estrada, Martín Estrada, Alonso Ampuero, Gregorio Ampuero, Manuel I. Romento,
Manuel Usubillaga, José Vargas Plaza, Domingo Carbo, Ulbio M. Camba, Jacinto
Marín, José Agracis, Pedro Camacho, Manuel Falquez, Pedro Suárez Narváez; y los
militares comandantes Francisco Rendón, Mariano Guerrero, Mayor Guillermo
Pareja.
78 - "Aguirre Manuel"
El bergantín Mameluco, bajo el
Maestre Manuel Aguirre estaba por salir al callao a comienzos de Agosto de
1804, después de haber salido al mismo destino el 19 de Diciembre anterior.
Colaborador del periódico “El Crepúsculo” 1884, Cuenca.
79 - "Aguirre Juan Bautista"
Nació en Daule en 1725; profesa
de Jesuita en 1758; Cátedra de Filosofía en San Gregorio en 1756 – 1758. Varios
escritos escolásticos. Separado de la enseñanza de la física, pasa a enseñar
teología moral.
En 1760 predica la oración
fúnebre del Obispo Juan Nieto Polo de Águila. En 1767 fue expulsado de los
jesuitas, va a faenza , a Ravena y a Ferrara.
En 1773 Extinguida la orden, va a
Roma. Consultor de Cardenales. Pasa a Tívoli. Teólogo del obispo. Profesor de
Teología moral. Compone un tratado. En 1786 muere en Tívoli.
El más importante poeta de la
Colonia Quiteña, Juan Bautista Aguirre, nació en Daule, el 11 de Abril de 1725
y falleció en Tívoli el 15 de Junio de 1786, a los sesenta y un años de edad.
Casi dos siglos permaneció en la oscuridad su obra poética, desconocida
totalmente: la sacó a la luz en 1943 el Volumen III de la Colección Clásicos
Ecuatorianos, editada por el Ministerio de Educación con un profundo estudio de
Gonzalo Zaldumbide.
Aguirre se educó en el Seminario
de San Luis, de Quito, entró a los quince años de edad a la Compañía de Jesús y
se ordenó como sacerdote cuando contaba treinta y tres años de edad. Su
talento, su calidad humana y su afán de renovar los sistemas educacionales,
obtuvieron para él las cátedras de Filosofía y Teología Moral en la Universidad
Jesuita de San Gregoria Magno. El prestigio del maestro y del orador crecieron
rápidamente, al punto que el genial Espejo declarose en alguna ocasión
discípulo suyo, aunque en otras lo censuró burlona y agriamente por el
retorcido, casi cabalístico, estilo gongorino. Incluso, el Padre Velasco lo
ignora en su estupendamente mediocre Colección
de Poesías varias hechas por un Ocioso en la ciudad de Faenza. El
inteligente y estudioso Mera, a su vez, le reconoce sólo méritos de tercer
orden. Y esto como contraposición a la entusiasta valoración de Zaldumbide: “La inspiración glorioso, el esplendor
metafísico, el nervio saltante e imprevisto de la imagen, fueron más bien el
arte de este poeta dotado de todos los dones”.
La expulsión de los jesuitas de
todas las colonias americanas, en unión de 77 compañeros, abre un destino mayor
al poeta. La injusta medida del Rey Carlos III, y la supresión de la Orden por
acto cobarde del Papa Clemente XIV, completa las características del exilio. Ya
como sacerdote secular, se instala en Roma, donde llegó a ser consultor de
altos eclesiásticos y seglares, singularmente de prelados del Santo Oficio. En
1778, bastante enfermo, se instala en Tívoli, donde contrae estrecha amistad
con los tres Obispos que se sucedieron en esa diócesis. Uno de ellos sería
luego el Papa Pío VII, que ascendió al trono de San Pedro casi tres lustros
después de la muerte de nuestro poeta mayor de la Colonia.
La cultura ecuatoriana debe mucho
al escritor y crítico argentino Juan María Gutiérrez, quien arribó al Ecuador
en 1846 huyendo de la dictadura de Rosas. Su deslumbramiento fue tal, que copió
las producciones que le mostró un pariente del gran dauleño y luego reprodujo
parte de ellas. Conforme dijimos en otra nota sobre el autor: “Tras leer tantas
trivialidades coloniales, tantas banalidades y cursilería seudolíricas, tantas
disquisiciones sobre la mística a acerca de las salvación espiritual, se habrá
estremecido ante un poeta sin titubeos, en quien cada verso es una ventana para
el vuelo de las sugerencias. Un poeta troquelador de sensaciones y expresiones,
con lo mejor del conceptismo quevediano y del culteranismo gongorino; pero a la
vez con personalidad intransferible”.
El P. Julián Bravo, en la poco
difundida obra “Juan Bautista Aguirre,
de la Compañía de Jesús, Nuevas Poesías”, cuenta sobre el descubrimiento en
la Biblioteca de la Compañía de Padres Carmelitas de Cuenca, de poemas
manuscritos del bardo. Cinco son las nuevas obras encontradas, interesantes, valiosas,
pero ninguna igual a la hondura, grandeza y despliegue técnico de su obra
inmortal, “Carta a Lizardo”: “Ay,
Lizardo querido!/si feliz muerte conseguir esperas/ es justo que advertido/pues
naciste una vez, dos veces mueras./Así las plantas, brutos y aves lo hacen/ dos
veces mueren y una sola nacen”.
La comisión permanente de Defensa
del Patrimonio Nacional de la Universidad de Guayaquil efectuará un Gran
Homenaje al Padre Aguirre, el 19 del corriente a partir de la 19h00, en el
Paraninfo de la Vieja Casona. Participarán en el mismo los doctores Francisco
Pólit Ortiz y Jorge Villacrés Moscoso, además de este “botellero”.
– Hoy 15 de Junio se cumplen dos
centurias del óbito del sacerdote jesuita R.P. JUAN BAUTISTA DE AGUIRRE Y
CARBO, gloria de la compañía de Jesús, honra y prez del Ecuador, nació en DAULE
el 11 de Abril de 1725 y recibió las aguas bautismales en la Iglesia Matriz de
Guayaquil (El Sagrario) el 2 de Julio del mismo año, se le me pusieron trocados
por los de Juan Bautista al profesar en vida religiosa. Era hijo único de
padres Guayaquileños: Don Carlos de Aguirre y Ponce de Solís, Capitán de
Milicias y Doña Teresa Carbo y de Cerezo, viuda del Capitán Gerónimo de
Mendieta y Obregón (Conf. Pedro Robles y Chambers).
– Juan Bautista fue alumno del
Colegio seminario de San Luis en Quito; a los quince años ingresó en la
Compañía de Jesús. Emitió la profesión de los cuatro votos cuando contaba con
treinta y tres años. Ocupó las cátedras de Filosofía y Teología Moral en la
Universidad de San Gregorio Magno de nuestra Capital. En 1767, año de la
expulsión de los Jesuitas el P. Aguirre fungía de secretario y consultor del P.
prepósito provincial de la Provincia Jesuítica de Quito.
– Escolástico de primera, tuvo a
su cargo la obra innovadora, no descubierta por los intelectuales de su tiempo,
“quienes como escribe Monseñor José Félix Heredia S.J. se complacían en
desprestigiar a cierra ojos la ciencia y métodos escolásticos imperantes en las
Universidades y Colegio del tiempo de la Colonia”.
– Descolló también por su vena
poética gongorista, ciertamente pero que a juicio de severos críticos como
Pedro Fermín Cevallos Juan León Mera, Marcelino Menéndez y Pelayo y Gonzalo
Zaldumbide el P. Aguirre “no es ya un simple versificador, fácil y galano, el
ingenio burlón y mordaz de antaño, sino que se muestra un gran poeta el más
estupendamente dotado de cuantos se levantaron, entre el sopor de larvas del
Coloniaje, a respirar el aura de las soledades, y en la que la inspiración
gloriosa, el esplendor metafórico, el nervio saltante e imprevisto de la imagen
fueron el fuerte de este poeta, dotado de todos los dones. Fue en todo caso, el
mayor poeta de nuestro pobre siglo XVIII”.
– El 20 de Agosto de 1767 el P.
Aguirre salió de nuestros territorios, expatriado por el Rey de España,
llegando a Ferrara, Ravena y Roma en Italia, donde fue señalado como uno de los
más eximios Ecuatorianos que se hayan distinguido en Europa por su santidad,
ciencia, competencia y prestigio que le hicieron consultor de los “grandes de
la iglesia”, según expresión de Francisco Campos.
– Tuvo conocimientos de medicina
por lo cual era consultado continuamente por un célebre médico del Papa
Clemente XIII, quien solía decir: “¿Cuál habría sido la suerte de los mortales
si cada médico hubiera sido proveído de la ciencia medicinal como el P.
Aguirre?”.
– En Roma fue consultor de los
señores Cardenales que lo buscaban para su teólogo, desplegando una agotadora
labor. Debilitado, enfermó seriamente, por lo que se dirigió a un lugar cerca
de Tívoli, donde su Obispo muy doctor, lo invitó a permanecer a su lado
sirviéndose del P. Aguirre como su teólogo y exclamando que “aprendía más
discurriendo una hora con el P. Aguirre que estudiando un mes” .
– Después de ser admirado como
uno de los más sabios de la Compañía de Jesús, luego de haber ayudado
eficazmente a la Iglesia por donde pasó y después de seis meses de postración,
entregó su alma al Creador en la octava de Corpus Christi, vísperas de la
fiesta del Sagrado Corazón de Jesús, de quién fue muy devoto, y en cuyo honor
había compuesto en Tratado polémico. Dogmático.
– Falleció pleno de méritos y
virtudes el 15 de Junio de 1786. Su cuerpo en el que se encontró un cilicio
metido en la carne, señal de su penitencia, fue enterrado en la iglesia de los
Padres Jesuitas.
– Nuestra
Patria ha perennizado su extraordinaria memoria y ha exaltado su gigante figura
de algunas maneras. El Gobierno del Dr. Carlos Alberto Arrobo del Río fundó la
parroquia de Los Tintos el 27 de Agosto de 1941. El Ilustre Concejo Cantonal de
Daule creó el colegio Juan Bautista Aguirre, mediante ordenanza municipal en
1953, el mismo que fue nacionalizado, en 1967 por el Gobierno del Sr. Clemente
Yerovi Indaburu. La Asociación de Bachilleres del Cantón Daule le erigió un
busto el 11 de abril de 1970.
– En Guayaquil
su VIII Obispo Mons Dr. José Félix Heredia S.J. escribió unos rasgos
biográficos del P. Aguirre el 26 de Noviembre de 1941; el muy ilustre Consejo
Cantonal de esta ciudad nominó PADRE AGUIRRE a una de sus calles hacia el
noreste, colocando la Junta Cívica la imagen y unos breves datos biográficos de
tan esclarecido jesuita en la esquina que mira al Malecón del “Manso y
caudaloso Guayas”.
– Hoy y en los
días posteriores las fuerzas vivas de Daule, incluyendo la iglesia, rendirán
una serie de homenajes en honor del Padre Aguirre.
Nació en Daule,
el 11 de Abril de 1725, Jesuita, poeta y orador; conservan escasos fragmentos
de sus poesías inéditas en Quito y en Buenos Aires en 1943. Murió en Tivolí, el
15 de Junio de 1786.
Minaron siete leguas
de camino monstruoso y malo y llegaron con la noche al Bejucal y allí los
alojaron. “Al P. Aguirre lo alojó en su propio Palacio el marqués de San
Felipe, y por más cansado y enfermo, lo detuvo allí mientras sus compañeros
“montados en viles cabalgaduras, entre guardias de dragones resiguieron hasta
la Habana” y sin entrar a la ciudad fueron conducidos por la bahía al depósito
o cárcel de palacio del marqués de Oquendo en Regla, donde (el P. Andrade)
experimentó con los demás estrecha reclusión registros rigurosos, guardas y
otras vejaciones sin cuento”. El P. Aguirre con sus compañeros de Quito y con
otros de la fragata marchante Venganza, el 22 de Abril de 1768.
De Cádiz fue a
Faenza y ahí pasó a Rávena, como superior del convento de esa ciudad. De Rávena
pasó a Ferrera. El P. Ricci tan llorado, poco más tarde por los jesuitas del
destierro, y en particular por nuestro Viescas le nombró rector del colegio de
esta ciudad. El Arzobispo de la diócesis le nombró luego examinador sinadal.
Cinco años más continuos permaneció en Roma. Su salud vino muy amenos y
aconsejárosle cambiar de aires. Fue entonces conducido al castillejo de San
Greforio, en las inmediaciones del Tívoli. Allí como en todas partes su trato
es buscado y su consejo solicitado. El po de la diócesis monseñor Julián Mateu
Natali lo guardó en el palacio como un teólogo. Con entusiasta modestia solía
el doctor prelado corso repetir los decires de su consultor, y hasta afirmaba
que “aprendía más discurriendo una hora con el P. Aguirre estudiando un mes”.
Monseñor
Gregorio Barnaba Chiaramonti, que catorce años después de muerto el P. Aguirre
fue elegido Papa y reinó bajo el nombre de Pio VII, tuvo también largo trato
con nuestro compatriota. Sucesor del Obispo Natalí en la sede de Tívoli,
continuó distinguiéndolo como su predecesor, al P. Aguirre; nómbrele asimismo
su teólogo consultor, y “a menudo la retenía en su estancia, conferenciando con
él largamente”.
Elevado a la
dignidad cardenalicia el futuro Papa, le sucedió en la sede tiburtina monseñor Manny. No dejó
el P. Aguirre se serle acepto como a los demás: dióle este prelado la cátedra
de teología moral en el Colegio público.
Reanudó así al
ocaso, la tarea de sus comienzos. Y como de sus primeros años quedó el tratado
de filosofía que aún guarda inédito la biblioteca del colegio de los Jesuitas
de Quito, quedó, hoy tal vez ya mezclado al polvo de la antigua Tibur, un
tratado Polémico Dogmático, frutos de sus colmados años postreros. Murió en
Tívoli a los 61 años de edad, el 15 de Junio de 1786 fue enterrado en la
iglesia de los Jesuitas.
La santidad de
su vida parece haber sido ejemplar, y en los últimos tiempos, llevada a
excesos: encontrándosele metido en la carne anciana un tenaz cilicio.
Según se lee en
el informe del arcediano de Tívoli, el P. Aguirre deseaba publicar su “tratado
polémico dogmático”. Más sobrevino la grave enfermedad de seis meses que lo
llevó al sepulcro.
Texto desu
enseñanza en el colegio de Tívoli, esta obra, de mayor momento, compuesta a lo
largo de su vida, y muy especialmente acaso en los años de estudios y consulta
que pasó en Roma, antes de venir convalecer del primer quebranto de su salud,
debió de ser un tratado más importante, con mucho, que el compuesto en Quito.
Hemos dicho que
éste permanece inédito, en la biblioteca de nuestro colegio de los Jesuitas:
escrito en Latín, consta de tres tomos: De Lógica, de Physica, de Metaphysica.
Del tratado
polémico Dogmático, Cevallos afirma que ninguna copia fue al Ecuador. Del Poema
heroico cobre las acciones y vida de S. Ignacio podemos asegurar que quedó
inconcluso, no solo porque Espejo al hablar de él no dice sino que Aguirre
escribió “un pedazo de poema”, más también porque el poeta mismo advirtió en
nota marginal a un manuscrito de que hablaremos luego, que no lo terminó “por
no tener ganas ni tiempo”.
Podemos afirmar
que los autógrafos mismos existieron en el Ecuador. Los vio Juan María
Gutiérrez, “en poder de una persona curiosa, como él dice sin nombrarla,
avecindada en Guayaquil” “El manuscrito añade describiéndolo con alguna
precisión, forma un volumen in – 40, de 140 folios completos, con este título
“Versos Castellanos”. Obras juveniles, misceláneas”. Existe en Guayaquil un
expedientillo, hecho a principios del siglo pasado por el doctor Jacinto de
Aguirre y obtener a título de pariente, los originales dejados por el difunto.
Obtuvo los en efecto, a los que parece, más se ignora cómo, y la persona a
quién debe este dato, no sabe qué suerte cupo a los papeles así obtenidos.
Así como Villarroel
es el primer prosista de nuestra colonia, Juan Bautista de Aguirre es el mayor
poeta. De “Imaginativa fogosa, ingenio pronto y sutil” habló Espejo, testigo
privilegiado de primera mano, evocando al brillante Jesuita dauleño. Espejo
pensaba en los empeños del P. Aguirre por sacar la enseñanza filosófica de la
“oscura caverna de trampantojos aristotélicos”, que eran aulas del tiempo al
decir del mismo Espejo, y no en su quehacer poético, que nunca entendió ni
gustó al crítico del nuevo Luciano, excesivamente conservador y no precisamente
un prodigio de buen gusto.
La crítica
actual reconoce rasgos a toda la obra de Aguirre, y más a su poética que, de
acuerdo a las exigencias del siglo de Góngora, brillo más que otra cualquiera
calidad en prontitud y sutileza de ingenio.
Ahora estamos
de acuerdo en la sutil belleza, en la agudeza humana de la poesía de Aguirre.
Así que con Bautista Aguirre uno de los más excelsos gongoristas americanos,
aconteció lo que con el maestro: que hubo de redescubrírsele. Que alguien debió
entregárnoslo renacido para las letras Ecuatorianas. Tal honor le ocupo a
Gonzalo Zaldumbide, cuyas primeras grandes empresas como estudioso de la
literatura y crítico fueron, precisamente, descubrir o redescubrir grandes
valores y lanzarlos mostrando con iluminada prosa, sus altas y aun no bien
reconocidas calidades.
Eso hizo con
Aguirre en un artículo que vio la luz en la revista de la Sociedad Jurídico –
Literaria, allá por 1918, en donde saludaba jubilosos la vuelta al caudal de la
lírica Ecuatoriana de la “Carta a Lizardo”. Zaldumbide había podido llegar a la
obra de Aguirre a través de los “Estudios Biográficos y Críticos” del Argentino
Juan María Gutiérrez (fechados en Buenos Aires, 1865). Pero allí la poesía de
Aguirre no se había guardado ni completa ni en su integridad los poemas
escogidos. Quedaba como una fascinante empresa, como un verdadero reto para el
estudioso Quiteño dar con aquel “Cuaderno de Versos” que había manejado
Gutiérrez y cualquier otro original de Aguirre.
Solo veinte
años más tarde, en 1937 pudo Zaldumbide anunciar que había cobrado tan preciosa
caza, y el año 1942 en el volumen de obras completas de Aguirre de la colección
de “Clásicos Ecuatorianos” se entregó al país por vez por vez primera una suma
más o menos completas de la obra del Jesuita dauleño. Aguirre y P. Hospital,
fueron los primeros en practicar hasta donde era dable en colonia tan remota y
pobre, sin aparatos ni libros nuevos en el sistema experimental. “Divirtieron a
las gentes y aturdieron a los religiosos con sus novedades” dice el malicioso
civilizador. El espíritu nuevo cundió tan pronto que algunos desertó la escuela
y aun la ciudad por no oír blasfemias contra Aristóteles.
Pro el
testimonio de quien lo conoció de cerca, monseñor Pimienta, arcediano de
Tívoli. Desenfadado y ameno, audaz, feliz y brillante desplegaba con sagacidad
el tesoro de su erudición y conquistaba con su abundante facilidad a sus
ilustres interlocutores. Provisto de un talento perspicaz y de una memoria
admirable, dice el informe suscrito en 1816, por el nombrado arcediano,
encantaba a cuantos le escuchaban; se acordaba de cuanto había leído, todos
concurrían a admirar su doctrina y cada uno deseaba estar junto a él para
aprender; y él escuchaba con paciencia a todos aun cuando estaba siempre
ocupado de dar tantos pareceres como fácilmente daba y remitía a Roma.
Juan Bautista
Aguirre nació en Daule y no propiamente en Guayaquil, el 11 de Abril de 1725.
Fueron sus padres el Capitán don Carlos Aguirre y Ponce de Solís (si bien
Herrera dice: Don Francisco Aguirre) y doña Teresa Carbo y Cerezo ambos nativos
de Guayaquil. Vino temprano a Quito, a hacer sus estudios primeros en el
colegio Seminario de San Luis, y a la edad de 15 años ingresó a la compañía el
día mismo en que los cumplía, 11 de Abril de 1740. Profesó a la edad de 33, el
15 de Agosto de 1785. Catedrático de filosofía primeramente, y de teología
moral después ejerció la influencia que hemos anotado, en la universidad de San
Gregorio Magno. Prefecto de la Congregación de San Javier, y desde 1765 socio
consultor del provincial de Quito, P. Manosalvas, brilló en todos esos puestos
por su ciencia tanto como por su virtud.
Permaneció en
Quito más de treinta años. Años de juventud fueron sin duda de los más
fervientes inspiración poética. Sus estudios ni su catedra nunca pudieron
refrenar su fogosidad de imaginación.- De fantasía enfática y elegante, la dio
vuelo y auge ni la predicación que tanto se prestaba entonces al ditirambo y al
escarceo. De su oratoria tenemos preciosa muestra con la oración fúnebre
pronunciada en las exequias del 1° Juan Nieto Polo del Águila, obispo de Quito.
El habérsele designado en ocasión tan solemne es indicio de su fama de orador.
Sus tratados de
filosofía, escritos como están en latín, sobrepasan doblemente nuestro dominio.
Los tres volúmenes de que consta su manuscrito latino, no son sino la parte
muerta de su enseñanza. Hallábase en Quito (Gonzalez Suárez dice
incidentalmente que en Ambato), el día de extrañamiento.
Embarcase en
Guayaquil el 3 de Octubre del mismo año, en unión de 77 Jesuitas más. Llegados
a Panamá, al cabo de veinte y cuatro días de navegación a bordo de una mala
fragata mercante, llamada “Santa Bárbara”, no fue la menor de la tripulaciones
por la que pasaron los desterrados la muerte del provincial P. Miguel
Manosalvas, natural de Ibarra, alegando que el fallecido, puesto que expulsó
reo de Estado, el Gobernador prohibió que doblaran las campanas. Escribió
entonces el P. Aguirre socio del provincial “una carta muy discreta” y obtuvo
que se permitiese tocar a muerto. Fue de las más penosa la navegación de
Cartagena a la isla de Cuba. Tuvieron recio temporal a vista de la Jamaica.
“Dieron fondo en Batávano, y fueron por tierra a la Habana: montados a caballo
muy ruines”.
Sacerdote.-
nació en una hacienda del Cantón Daule el 11 de Abril de 1725 hijo del Capitán
Carlos de Aguirre y Ponce de Solís y de Teresa Carbo y Cerezo naturales de
Guayaquil. Ingresó en la compañía de Jesús a los 15 años de edad el 11 de Abril
de 1740 y profesó el 15 de Agosto de 1758 cumplía 33 años. Fue catedrático de
Filosofía y después de Teología Moral, Prefecto de la congregación de San
Javier y secretario consultor del Provincial de Quito desde 1765. Durante los
30 años que vivió en Quito se distinguió en la cátedra y en el púlpito. De gran
memoria y dedicación al estudio, fue inquieto, abierto a todo lo que
significaba invocación y salida de rutina. En la física escrita por él, hay un
análisis y crítica de la generación espontánea defendida por los aristotélicos
de sus tiempo, y una defensa del moderno concepto biológico de que todo ser
viviente viene de otro semejante a él. En Medicina fue uno de los sacerdotes
Quiteños que dedicaron sus afanes teóricos al arte de curar. La medicina
teórica siempre ha tenido y tiene un campo de acción de especial importancia
para resolver cualesquier caso de curar. Salió de Quito el 20 de Agosto de 1767
con 77 Jesuitas se embarcó en Guayaquil el 3 de Octubre de 1767 desembarcó en
Cádiz, llegó a Faenza y pasó a Ravena, en donde fue designado superior de su
convento, de ahí fue a Ferrara. Luego pasó
a vivir en Roma permaneciendo 5 años en la ciudad eterna. Quebrantando
de salud, se trasladó a Tívoli, donde murió a la edad de 61 años, el día 15 de
Junio de 1786. Fue el escritor de la colonia que mayores dignidades obtuvo en
Europa. Orador sagrado de calidad, tuvo fama por la elevación y don de
convencimiento de sus sermones. Fue el primero en hacer física experimental en
Quito, permaneciendo inédita su Phisica y su obra filosófica, en latín.
Fue poeta de
ingenio, una selección de sus poesías y obras oratorias fueron publicadas en
1943 por el Ministerio de Educación. Juan Bautista Aguirre, miembro profeso de
la compañía de Jesús, fue uno de los varones más inteligentes e ilustrados de
su tiempo; tanto, que su nombre, su fama y su acción, ni quedaron dentro del
límite estrecho de su patria, si no que llegaron al otro lado de los mares,
valiéndole honores muy merecidos. Nació en una hacienda del cantón Daule, de la
jurisdicción de la provincia de Guayaquil. Llegó a desempeñar el rectorado de
un colegio de enseñanza superior Ferrara y fue examinador Sinodal en la misma
ciudad. Poesía vastos y profundos conocimientos en Medicina, al punto de que
fue llamado diferentes veces por el Papa Clemente XIII, para que le asistiera.
Sus conocimientos teológicos le hicieron merecedor de que la congregación de
Cardenales le consultara repetidamente en puntos escabrosos y delicados. Y no
sólo esto, sino que el Obispo de Trivoli, luego el Papa Pío VII, le tuvieron a
su lado como consultor. Como poeta, era un versificador de gran facilidad, de
estilo galano y castizo, y manejaba la sátira a perfección. De las pocas y
contadas composiciones de que él se conservan, citaremos las bellas décimas
dedicadas a Guayaquil, llenas de brillantes conceptos y delicadas figuras;
aquellas que comienzan:
Guayaquil, ciudad hermosa,
de la América guirnalda,
de tierra bella esmeralda
Y del mar perla preciosa, etc.
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Como orador
sagrado, el Padre Aguirre llegaba al grado de lo eminente; y docto como pocos,
a su facilidad de palabra reunía el rico tesoro de una envidiable erudición,
manejada por memoria poderosa. Dejó escritas algunas obras; pero, después de
permanecer un tiempo inéditas, desaparecieron, por la culpable indiferencia y
descuido en los guardadores de esas joyas de nuestras más preciosas
antigüedades. El Padre Aguirre murió a edad muy avanzada (61 años).
80 - "Aguirre
García Napoleón"
Cumbal, Julio 29 de 1862. Excmo.
Señor Presidente de la Confederación Granadina se ha servido enviarme a nuestra
frontera del sur para defenderla de la invasión con que el Gobierno de V.E. la
amenaza, o para celebrar un tratado de paz, honroso tanto para la confederación
Granadina, como para la República regida por V.E. el 27 por la tarde tuve el
dolor de recibir un oficio dirigido por el Sr. Daniel Salvador, comandante en
Jefe de las fuerzas Ecuatorianas del Norte, al Sr. Coronel José Francisco
Zarama, Jefe Civil del Departamento del Sur. Este oficio, es preciso decirlo,
está concebido en términos tan poco dignos del que lo envía como del alto
funcionario destinado a leerlo. El Sr. Napoleón Aguirre, portador del pliego,
no tenía pasaporte ni permiso de las autoridades Granadinas para introducirse
en nuestro territorio.
El 20 de Septiembre de 1888,
circuló el primer número de “La Opinión Pública”, diario de la tarde, de
formato pequeño, de cuadro planas a dos columnas, editado en la imprenta
Bolívar, contando entre sus colaboradores el Dr. Napoleón Aguirre.
En 1859 como Franco no se había
descuidado, en nombre de él llegaron también a Paita el Señor Ignacio Novoa
Baquerizo, Ministro de Corte Superior del Guayas, y el Sr. Napoleón Aguirre,
cuyo objeto era separar a castilla de la alianza anterior. Castilla conferenció
con uno y otros en Paita. Lo que sigue es una escena muy viva, retrato de
carácter de García Moreno entonces, cómico y dramático a un tiempo, más si
susceptible de mejorar, puesto que le lastimó el remordimiento, García Moreno había conocido ya
las intenciones de Noboa Baquerizo, y en el acto advirtió a Castilla que no
quería que diese audiencia a su enemigo, porque de lo contrario declaraba rota
la alianza. “En hora buena, respondió Castilla: usted no es sino un diplomático
de aldea, y no sabe que un magistrado está en el deber de dar oídos a los que
soliciten hablarle. Este hombre es un hidra, añadió en presencia de los suyos.
No saben los Ecuatorianos lo que hacen, cuando trabajaban porque esta pécora
llegue a ejercer autoridad”.
El 19 de Marzo, mientras el
presidente se hallaba en Quito, el Gral. José de Veintimilla, uno de los
secuaces, al principio y alejado de él desde 1865 comprometió en Guayaquil a
los comandantes Francisco Rendón y Guillermo Pareja, jefes de la artillería y
el Capitán Manuel Fernández y con sus tropas, tomó preso al comandante General
Secundino Darque, con el objeto de volcar a ese Gobierno de usurpadores y
traidores, invocando la legitimidad del Presidente Espinosa ayudaban a
Veintimilla, los Sres. Napoleón Aguirre, Dr. Manuel Martínez Aparicio Dr. Fausto
E. Rendón y otros de la buena sociedad Guayaquileña. Trabase un combate reñido,
porque se resistieron otros cuerpos de ejército, mandados por el capitán de
navío Juan Manuel Uraga, el Crnel. José María Quiroz, el Comandante Antonio
José de Sucre y varios otros, a cooperar a favor de Veintimilla el combate duró
cosa de 4 horas, en las calles. Las tropas de de Veintimilla iba y venía en el
cuartel, observando el combate, y Darquea permanecía en un cuarto, custodiado
por un centinela. Entró al aposento Veintimilla, habló familiarmente; con el
preso, se aproximó en seguida a una
ventana.
En ese momento, Darquea hizo
señal al centinela, a quien había comprometido, sin duda y éste por detrás
disparó contra Veintimilla. La herida fue mortal, en la cabeza. Muerto el jefe,
la conspiración fracasó y don Darquea volvió a enseñorearse del ejército.
Rendón y Pareja fugaron aprehendidos muchos subalternos.
En 1869 García Moreno aprehendió
en Pomasqui, pocas leguas al norte de Quito al Gral. Ignacio de Veintimilla,
hermano del conspirador asesinado, al principio quiso fusilarlo; pero luego
resolvió desterrarlo, porque el vecindario de Quito estaba muy alarmado y los
desterró inmediatamente a Europa. Salió Veintimilla a Esmeraldas, por las
selvas de Mindo, en compañía de otro
desterrado, el Cnel. Juan Nepomuceno Navarro. Inmediatamente dispuso destierro
a otros liberales distinguidos, ora complicados, ora no en la conspiración de
Veintimilla: fueron los Dres. José Vicente Nieto, Napoleón Aguirre, Manuel
Martínez Aparicio, Fausto Rendón; los señores Manuel Mariscal, Manuel Mariscal
Herrera, Francisco de Paula Mariscal, Juan F. Mariscal , Hilario Indaburu,
Marcos Aguirre, Gaspar Alamiro Plaza, Eduardo Ponte, Diego Maruri, Fernando
Sáenz, Enrique Larroque, Manuel María Loor, Valois Loor, Enrique Estrada ,
Martín Estrada, Alonso Ampuero, Gregorio Ampuero, Manuel I. Romento, Manuel
Usubillaga, José Vargas Plaza, Domingo Carbo, Ulbio M. Camba, Jacinto Marín,
José Agracis, Pedro Camacho, Manuel Padquez , Pedro Suárez Narváez; y los
militares comandantes Francisco Rendón, Mariano Guerrero, Mayor Guillermo
Pareja.
Colección de leyes, ordenanzas
municipales 1899 – 1901 Guayaquil 1905
Colección de leyes, decretos,
contratos y ordenanzas municipales -
Guayaquil 1903
Presidente de la M.I.
Municipalidad de Guayaquil 1883
81 - "Aguirre Manuel Ignacio de"
Nacido en España (Guipúzcoa).
Había sido procurador de causas desde 1801. Nombrado después regidor del Cabildo
el 29 de septiembre de 1820, firmó el acta del 9 de Octubre. Falleció en esta
ciudad el 24 de Noviembre de 1845. Se casó en 1797 con María Francisca de
Anzoátegui Cossío Guayaquileña, siendo padres entre otros hijos, del Ilmo Sr.
Dr. Tomás de Aguirre, Obispo de Guayaquil de 1861.
82 -"Aguirre Juan de"
Era titulado de médico y cirujano
por el Real Protomedicato de Madrid y llegó a Guayaquil después de que en Quito
no pudo ejercer, porque no obtuvo el permiso por haberse negado a dar el examen
correspondiente, lo que motivó que el cabildo de la Capital en 1743 le prohibiera
ejercer. Es valioso el informe que sobre el hospital de Guayaquil presentara al
Cabildo de Guayaquil en 1747. Viéndose ausentado a Roma, fue nombrado por el
cabildo en 1766 entre los tres comisionados que debían gestionar y obtener el
jubileo circular para esta ciudad.
83 - "Aguirre
Juan F."
Exportador e Importador de
Guayaquil en 1871.
84 - "Aguirre José Vicente de"
La fragata Guadalupe estuvo un
tiempo a cargo del Capitán José Vicente de Aguirre, avecindado en esta ciudad,
donde se casó en 1801 y falleció en 1804.
85 - "Aguirre José"
José Aguirre, en Julio de 1785,
las de Yúrac – compañía y Yánac compañía en 61.000, los 20.000 en efectivo,
31.000 a censos y 10 para liquidarlos después de un año y medio.
86 - "Aguirre Javier"
Alcalde de la Santa Hermandad de
Guayaquil, en el año 1817.
87 - "Aguirre Jacinto"
Alcalde de la Santa Hermandad de
Guayaquil, en el año de 1741.
88 - "Aguirre Francisco de"
Encargado del poder.- El 20 de
Junio de 1840 – 1 de Noviembre el Sr. Dr. Francisco de Aguirre, Vicepresidente
de la República.
Encargado del poder.- El 10 de
Abril de 1841 – 19 de Noviembre el Sr. Dr. Francisco de Aguirre, Vicepresidente
de la República.
89 - "Aguirre Montufar Carlos"
Quiteño, nieto del Marqués de
Selva Alegre. El 2 de Abril de 1863
fueron nombrados Ministros, del Interior y Relaciones Exteriores, el Dr.
Rafael Carvajal, quien se encargó del Ministerio de Guerra; y del Ministerio de
Hacienda, don Gabriel Álvarez, ausente; mientras duraba la ausencia, se encargó
del Ministerio. Carlos Aguirre en Junio fue nombrado Ministro; el Cnel. Daniel
Salvador. Carvajal era hombre inteligente, instruido, pero de índole temerosa:
refiérase que, en cierta ocasión, por una réplica de Carvajal, García Moreno le
arrojó una caja de rapé en el semblante; la respuesta fue el silencio Don
Gabriel Álvarez no ocupó el Ministerio y en breve fue nombrado en propiedad de
don Carlos Aguirre: éste tenía un mérito; era esposo de una mujer a quien amaba
García Moreno, el imitador de Jesucristo, según los Jesuitas. El Cnel. Salvador
era un militar caballeresco. Ninguno de los tres era capaz de resistir a firmar
un decreto.
90 - "Aguirre Montufar Juan"
Don Juan Aguirre Pio Montufar fue
dueño de la fábrica de tejidos que se destruyó en la terrible erupción del Cotopaxi
el 1 de Febrero de 1866, por este motivo llegó a la pobreza. La fábrica estuvo
ubicada muy cerca del rio Pita, y toda la maquinaria se llevó el río. Latacunga
fue destruida casi totalmente y lo mismo sufriendo los pueblos vecinos.
91 - "Aguirre Mendoza Vicente"
Vicente Aguirre, novio todavía de
Rosa Montufar, tuvo la cobardía de incorporarse a los mulatos de Lima, como
edecán del detestable Arredondo, apenas se proclamara la contrarrevolución en
Riobamba en 1810.
Entonces el General Barriga
retrocedió a ese pueblo y Flores que no creyó conveniente dar batalla dentro de
la población, se retiró al llano de Guachi. Allí se avistaron los dos ejércitos
el 16 de Enero de 1835. Pero antes de llegar a las manos propuso Flores una
suspensión de armas mientras llegaban a Guayaquil los Señores Juan Avilés y
José María Santisteban, comisionados por el Jefe Supremo Rocafuerte para hacer arreglos
de paz. Barriga aceptó la suspensión de hostilidades, después de consultar con
los generales Vicente Aguirre y Manuel Mateus que le servían de Consejeros o Directores.
Celebrado este convenio, Barriga se situó de nuevo en Ambato y flores en Santa
Rosa, esperando la resolución del Gobierno de Quito, o más bien de la
Convención reunida en esa ciudad desde el 7 de Enero. Luego vino la Batalla de
Miñarica el 16 de Enero de 1835.
92 - "Aguirre Luque Luis"
Ayudante de la compañía Nueve de
Octubre el 15 de Noviembre de 1933 – 1934 – 1935
Comandante de la compañía Sucre
el 25 de Noviembre de 1951 – 1952 – 1953 – 1954
Jefe de la primera Brigada el 22
de Septiembre de 1954 – 1955
93 - "Aguirre Aparicio Augusto"
Nació en Guayaquil, hijo del Dr.
Napoleón Aguirre García y Dña. Mercedes Martínez de Aparicio hizo sus estudios
en la Universidad de Guayaquil graduándose de Abogado. Desempeñó el Ministerio
de Relaciones Exteriores y en el servicio diplomático, representó al Ecuador en
calidad de Ministro Plenipotenciario ante los Gobiernos de Chile, Colombia, y
Perú habiendo fallecido en la ciudad de Lima.
Relaciones Exteriores, el señor
Augusto Aparicio, caballero altamente diplomático y que no está mal en ningún
cargo de figuración, donde se necesita más practica social y sagacidad que
verdadero talento. El señor Aguirre es una persona grata en el Ecuador y está
bien que se le adelante en la carrera, como premio debido a su buen
comportamiento al frente de nuestra legación en Lima, durante épocas
angustiosas.
94 - "Aguirre Ramón"
Informe del Ministro de Guerra y Marina del Gobierno Provisorio establecido en Quito, a la Asamblea Nacional de 1883.
95 - "Aguirre de Ugarte Blas"
El primero fue don Blas Aguirre de Ugarte, quién trabajó de contador de la Caja Real de Flandes y luego vino a Loja, con el cargo de contador de la Real Caja de esta ciudad. Hacia 1580. No se sabe quiénes fueron sus padres ni quienes hayan sido sus hijos; pero parece que dejó su descendencia en el pueblo de Santiago, casándose, sin duda, con una caciquesca, pues el 24 de Julio de 1709, nos hallamos con la sorpresa que el cacique de Santiago era don Blas Aguirre. Por otra parte en 1742, figura en un testamento la India de Santiago Pascuala Aguirre. Esto desde luego debe probarse mediante una investigación prolija en los libros bautismales de Santiago.
El segundo Aguirre que llegó a Loja, hacia 1688, fue don Francisco de Aguirre Mendiaras y Vidaurre, natural del señorío de Vizcaya. Casó con la lojana doña Magdalena de Robles Garnica, hija de don Sebastián de Ojeda, natural del señorio de Vizcaya, y de doña Antonia Garnica, vecina y natural de Loja. Tuvieron por hijos legítimos a don Antonio Sixto, a don Toribio, a doña Eusebia, a doña Antonia, a doña Mariana y a don Francisco Marcelo, quién murió a los seis años de edad.
Doña Eusebia se casó con el capitán don Pedro Rojas. Fue su hija doña Francisca Ana, bautizada el 28 de Julio de 1714.
Doña Mariana se casó con el Capitán Domingo Samaniego. Fueron sus hijos: Bernarda, Faustina, Manuel, Vicente Javier y una segunda Faustina, bautizada el 22 de Abril de 1722.
Don Toribio se casó con doña Basilia Frías de Miranda, natural de Cuenca, hija del Capitán don Manuel Frías de Miranda, natural de la villa de Torrejón y de doña María Tinoco del Mercado, vecina de Loja. Tuvieron por hijos a Pelayo; a Sancho, religiosa de la Concepción en Loja. A Zara, mujer de Don Miguel Carrión y Vaca; a Teodomira, esposa de don José Hermógenes de Ojeda; a Laurencia, mujer del Alférez don Manuel de Riofrío y Peralta; a don Tirso; a don Serafino de Aguirre, quién era regidor y alguacil mayor del ayuntamiento, quien se casó con doña Lucinda Briceño; y a don Graciliano casado con doña Juana Celi Mendoza.
A esta línea perteneció don Manuel Aguirre Espinosa, cuya partida de nacimiento no se halla todavía; se casó en Loja con doña Gregoria Ludeña y Losano, el 8 de Agosto de 1795. Fue su hijo, entre otros, don José María Aguirre, quién se casó con doña Agueda Losano, bautizada en Cariamanga el 2 de febrero de 1820, hija legitima de don José Losano y doña María de las Mercedes Piedra.
Fueron sus hijos: Bárbara Agustina, casada con don Miguel Palacios, Jerónico Agustín; Zoilo, quién se casó con doña Agueda Palacio, Rosa Elvira, casada con don José María Flores; José María; Genara Genoveva casada con Dario Samaniego, María Emilia, quién se casó con el Dr. Miguel Sánchez González, Francisco Javier; Gertrudis, nacida en 1860, casada con el Dr. Leopoldo Moreno.
Hijos de doña Emilia Aguirre Losano y del Dr. Miguel Sánchez fueron: Carlos Alberto, Isabel, José Antonio, Victoria Isabel, Miguel Federico Luis, Eloísa Josefina Rosario y Agueda Emilia.
Doña Isabel Sánchez Aguirre se casó con el Dr. Abelardo Aguirre Jaramillo, hacia 1889. El tercer Aguirre llegado a Loja fue don Juan Antonio Aguirre de Dicastillo, natural de la ciudad de Victoria, hija de don Juan Javier Aguirre y Ugalde y doña Catalina de Dicastillo Echalecu, naturales de Victoria.
Llegó a Loja siendo mancebo, con una capa al hombro y sin otros bienes de fortuna. Parece que fue un joven que huyó de su casa y viniera a dar a Loja. Al poco tiempo le hicieron casar con una rica heredera, doña Gertrudis de Alvarado. Fueron sus hijos: María, Victoria; Custodia Rita, Juan Manuel, Joseph Cayetano, Juana Basilia, Juan Orensio Fermín y Domingo.
Muerta su primera esposa, se casó en segundas nupcias, con doña Francisca Torres Conde, el 10 de Abril de 1718, fueron sus hijos: Tomás José, Isidora Micaela Constantina, Juana Francisca, Juan Pedro Pablo, Leonor Tadea, Prudencia Josefa y María Liberata.
Don Juan Antonio Aguirre de Dicastillo testó en 1742 y existe su testamento en la Notaría Primera de Loja.
Hijo de don Tomás Aguirre Torres Conde y de doña María de Ureña fue don Joseph de Aguirre. Don Joseph Aguirre. Don Joseph Aguirre y Ureña se casó con doña Polonia Suárez y Ramírez. Fue su hijo, entre otros, Ramón Aguirre, bautizado el 1° de Septiembre de 1777.
El regidor Ramón Aguirre se casó con doña Gregoria Carrión y Rodriguez, hija de Martín Javier Carrión Irrazabal y de doña Antonia Rodríguez de Córdova. Hijo suyo el Dr. Manuel José Aguirre Carrión, Gobernador de Loja, bautizado el 22 de Octubre de 1831.
El Dr. Manuel José Aguirre Carrión se casó con doña Adela Jaramillo Castillo. Tuvo por hijos a los doctores Manuel y Abelardo Benjamín Aguirre Jaramillo.
El Dr. Manuel Aguirre Jaramillo fue el primer que instaló un ingenio azucarero en Malacatos en su hacienda La Trinidad. Se casó con doña Rosa Adriana Bermeo, siendo su hija doña Adela Aguirre Bermeo, casada con el Dr. José Miguel Carrión Mora, siendo sus hijos: Alejandro, Carlos, Adriana, Victoria, Rosa y Esperanza Carrión Aguirre.
El Dr. Abelardo Benjamín Aguirre Jaramillo fue bautizado el 23 de Junio de 1863. Se casó con doña Isabel Sánchez Aguirre.
Sus hijos: Margarita Isabel, bautizada el 19 de Abril de 1890; Hortensia, bautizada el 26 de Julio de 1891; Elvira; Miguel Angel Benjamín, fallecido de niño; Abelardo; Manuel José; Isabel María Rosario; Rosa Emilia Catalina; Miguel Angel; Lucrecia María; Carlos Alberto; Eduardo Vicente; Victor Alfonso, bautizado el 1° de Octubre de 1912; Augusto; Julio Eduardo; María, y Mariana, bautizada en 1918.
El Coronel Abelardo Aguirre Sánchez se casó con doña Micaela Castillo. Son sus hijos; Dolores, Fanny y Dr. Abelardo Aguirre Castillo. El Dr. Manuel José Aguirre Sánchez se casó con doña Rosadelia Asanza son sus hijos: Bertha, casada con el Dr. Tomás Aguirre Ruiz: Manuel actual Cónsul del Ecuador en Medellín; el General Carlos Enrique Aguirre A., Ministro de Relaciones Exteriores; Ing. Jorge Aguirre A.; Enma Gloria y Piedad Aguirre Asanza casadas.
Doña Rosa Aguirre Sánchez se casó en primeras nupcias con César Anda Rumazo, sus hijos: doña Amelia Isabel, casada con el Dr. Eduardo Mora Moreno; Dr. Alfonso Darío, doña María Piedad y general Vicenta Anda Aguirre, ex Ministro de Educación. En segundas nupcias se casó con el Coronel Angel Obdulio Serrano. Sus Hijos: Dr. Angel y doña Isabel Serrano Aguirre.
El Dr. Miguel Angel Aguirre Sánchez se casó con doña Vicenta Apolo. Son sus hijos: Mayor Carlos Alberto, Dr. Marco, Laura, Guillermina y Miguel Angel Aguirre Apolo; doña Lucrecia Aguirre se casó con el Dr. Manuel Unda, son sus hijos: Dr. Edgar, Margot, Oswaldo, Capitán Hugo y Gladys.
El Dr. Victor Alfonso Aguirre Sánchez se casó con doña Clotilde Salazar. Sus hijos: Miguel, Sadie y Augusto Aguirre Salazar.
Doña María Aguirre Sánchez se casó en Cuenca con don Jorge González Cazorla. Son sus hijos: Iván, Isabel y Patricia González Aguirre.
96 - "Aguirre y Anzoátegui José Tomás"
Nació en Guayaquil el 22 de
diciembre de 1803. Fue bautizado el 24 del mismo mes y año en la Iglesia Matriz
de la ciudad por Fray Manuel Páez. Fue hijo legítimo de don Manuel de Aguirre y
doña Francisca Anzoátegui; tuvo como padrinos a don José de la Peña y a doña
Josefa Barragán, siendo Rector de esta Iglesia el Dr. Don Ignacio Cortázar y
Lavayen.
A la edad de trece años ingresó
en el Semanario Conciliar, fundado por el Dr. Cortázar y Lavayen siendo ya
Obispo V de Cuenca. Viajó a Lima para consultar con el eminente sacerdote
Arrieta con el tiempo Arzobispo acerca de su vocación. Habiendo recibido
respuesta afirmativa, regresó a Guayaquil para continuar sus estudios de
Teología, recibiendo en Quito en 1830 la investidura de doctor en esta
facultad. Por disposición de sus directores viajó de nuevo a Lima con el objeto
de recibir las sagradas órdenes lo que se efectuó en Lurín, cerca de Lima, el
día 23 de diciembre de 1831.
Al regresar a Guayaquil continuó
ejerciendo el cargo de profesor de Filosofía en el Seminario, en cuya Cátedra
servía desde 1821. Después de un Concurso sustentado en Cuenca, obtuvo el cargo
de Sacristán Mayor de Guayaquil, en 1832.
Establecida la Diócesis de
Guayaquil, Mons. Garaicoa le nombró Canónigo Prebendado Mayor de la Catedral el
13 de Mayo de 1839. Luego, por renuncia del Canónigo Racines, ganó el concurso
de la Canonjía Teologal, cuya silla tomó en posesión el 28 de Junio de 1848.
Ocupado en sus faenas de Rector
del Seminario se encontraba cuando fue preconizado por su santidad Pío IX en el
consistorio Secreto del 22 de Julio de 1861. Le consagró en Lima el Arzobispo
Ilmo. Sr. Dr. Sebastián de Goyeneche el 3 de Noviembre de 1861. Monseñor
Aguirre que, elegido por el pueblo asistió como Diputado a la convención de
1850 en cuyo desempeño contribuyó poderosamente a la creación de las
Universidades de Guayaquil y Cuenca, fue Rector de la primera que se estableció
en Guayaquil en el Seminario Conciliar.
Pío IX le nombró Prelado
Asistente al Solio Pontificio en 1864. Viajó a Roma en 1866, hospedándose en el
Hotel Minerva, donde tuvo el alto honor y dicha de recibir la visita del
Soberano Pontífice que tanto amó a la República del Ecuador.
ALGUNOS ACTOS DE SU GOBIERNO
Nombró dignidad Maestrescuela de
la S. I. Catedral, Provisor y Vicario General a Monseñor Luis de Tola, quien
ejerció estos dos cargos últimos durante todo el Episcopado de Monseñor
Aguirre.
Asistió al Primer Concilio
Provincial Quitense, celebrado del 24 de Mayo al 19 de Julio de 1863 cuyas
decisiones fueron aprobadas por la Santa Sede el 21 de Diciembre de 1865.
EL PRIMER OBISPO AUXILIAR DE GUAYAQUIL
A principios de 1863 Mons.
Aguirre pidió al Santo Padre le concediera como Obispo Auxiliar a Monseñor Luis
de Tola. El Santo Padre aceptó bondadosamente la petición de Mons. Aguirre, y
este tuvo la dicha de consagrar a Monseñor Tola, como Obispo Titular de Berissa
y Auxiliar de Guayaquil el 15 de noviembre de 1863, en la Catedral de esta
ciudad, a quien para el mejor gobierno de la Diócesis le delega las facultadas
“Solitas”, el 10 de Octubre de 1864.
Mons. Aguirre tuvo la oportunidad
de consagrar a Mons. Juan Manuel García, Obispo de Pasto, en la Catedral de
Guayaquil, el 11 de noviembre de 1866.
SÍNODO PRIMERO GUAYAQUILENSE
Mons. Aguirre celebró este sínodo
en los días 14, 18 y 24 de Junio de 1867, cuyos decretos fueron muy
beneficiosos para la vida espiritual y moral de la Diócesis. En él se
publicaron y promulgaron las decisiones y decretos del I concilio Provincial
Quitense.
PRELUDIOS DE SU MUERTE
Hallándose Mons. Aguirre, a su
parecer, en el caso previsto en el Art. 28 de las “Sólitas”, comunica a Mons.
Tola facultades extraordinarias para que haga uso de ellas, llegado que sea el
caso de su fallecimiento, y para que lo
subroguen los reverendísimos señores Carlos Marriot, Doctoral y Pedro Pinto,
Penitenciario, para que puedan ejercerlas en defecto de Monseñor Tola, el 11 de
Mayo de 1868. Monseñor Aguirre falleció el 14
de Mayo de 1868, a las 7 y 45 de la noche.
El Canónigo José María Navarro y
Jijón escribe así de la personalidad de este egregio Obispo Guayaquileño: “Bajo
el solio fue un varón apostólico. Jamás pobre alguno tocó su puerta, sin
recibir de su mano un socorro; él empleo todas sus rentas en bien de las
iglesias de su Diócesis algunas de las cuales levantó desde sus cimientos”.
“El doctor José Tomás de Aguirre
ha dejado su nombre célebre, por la austeridad de su vida, por sus profundos
conocimientos como teólogo y canonista, por su vida consagrada a la educación
de la juventud y el tino con que supo manejar la Diócesis de Guayaquil. Su
memoria permanecerá en su ciudad natal, adornada con la doble aureola de la
virtud y de la ciencia”.
UN HECHO MEMORABLE DE MONSEÑOR AGUIRRE
El año de 1866 hizo un viaje a
Roma, y en esta ciudad tuvo la honra de recibir la visita del Soberano
Pontífice en el Hotel Minerva donde se hallaba hospedado. “Esta es la vez
primera que yo vengo aquí, dijo Pío IX, porque es la primera vez que usted
viene a Roma”. La noticia de esta visita llamó la atención no sólo en la ciudad
de Roma, sino también en toda Italia y en todo el mundo Cristiano. El Clero de
Guayaquil envió una carta al Santo Padre, manifestándole respetuosamente su
reconocimiento por la honra recibida
para toda la Diócesis en la persona de su Pastor, y el Papa contestó en
términos paternales y afectuosos, haciendo tales elogios del Prelado
Guayaquileño que le honraba con la misma visita.
Con motivo de estar celebrando
nuestra ciudad los 150 años de erección de la Diócesis de Guayaquil y en virtud
a estarse efectuando diversos actos conmemorativos a esta magna fecha, hemos
creído conveniente la presentación de los que fueron primeros obispos del
puerto principal desde 1838 y los arzobispos de Guayaquil desde su elevación a
Sede Metropolitana en 1956.
Mons. José Tomás de Aguirre y
Anzoátegui (1861 - 1868), nació en Guayaquil el 22 de diciembre de 1803. Hijo
legítimo de Manuel de Aguirre y Francisca Anzoátegui.
A la edad de 13 años ingresó al
seminario conciliar, fumando por el doctor Cortázar y Lavayen. Viajó a Lima
para consultar con el eminente sacerdote Arrieta, con el tiempo arzobispo,
acerca de su vocación. Habiendo recibido respuesta afirmativa, regresó a
Guayaquil para continuar sus estudios de Teología, recibiendo en Quito en 1830,
la investidura de doctor en esa facultad. Por disposición de sus directores
viajó de nuevo a Lima con el objeto de recibir las Sagradas órdenes, lo que se
efectuó en Lurín, cerca de Lima, el 23 de Diciembre de 1831.
REGRESÓ A GUAYAQUIL
Al regresar a Guayaquil continuó
ejerciendo el cargo de profesor de Filosofía en el seminario, en cuya cátedra
servía desde 1821. Después de un concurso sustentado en Cuenca, obtuvo el cargo
de Sacristán Mayor de Guayaquil, en 1832.
Establecida la Diócesis de
Guayaquil, Mons. Garaicoa lo nombró Canónigo Prebendado Mayor de la Catedral el
13 de Mayo de 1839. Luego por renuncia del Canónigo Racines, ganó el concurso
de la Canongía Teologal, cuya silla tomó en posesión el 28 de Junio de 1848.
PRECONIZADO POR SU SANTIDAD
Se encontraba ocupado en sus
faenas de rector del seminario, cuando fue preconizado por su Santidad Pío IX
en el Consistorio secreto el 22 de Julio de 1861. Lo consagró en Lima el
arzobispo, el 3 de Noviembre de 1861.
En 1865 con motivo de la orden de
fusilamiento del Dr. Santiago Viola, dictado por García Moreno. El Ilmo.
Aguirre llegó a hablarle, con Vehemencia: “Usted será responsable ante Dios,
por la sangre que va a derramar a pesar de la constitución y la ley”, le dijo.
“No caerá sobre mi esa sangre, sino sobre los que, pudiendo, no han evitado
estos sucesos”, respondió el tirano. Atribuía al Sr. Aguirre complicidad en la
conspiración, pues sabía que le aborrecía el obispo. Como éste insistiese, el
déspota ordenó discutiese con él Jesuita P. Franco, quien se acercó al obispo,
y le dijo humildemente: “El miembro en gangrenado debe cortarse, Ilmo. señor”.
Publicóse por la imprenta que un Jesuita, probablemente este mismo, quien era
confesor del tirano, exigió con instancia el fusilamiento del Dr. Viola.
Diputado por el Guayas, que había
de llegar a Obispo de la diócesis en tiempo de García Moreno. Segundo Obispo de
Guayaquil.- Guayaquileño nacido en 1803. En 1831 recibió ordenación sacerdotal.
Canónigo Ptebend-do Mayor de la Catedral y Rector del Seminario de Guayaquil.
Pío IX lo nombró segundo Obispo de Guayaquil el 22 de Julio de 1861. Por
Monseñor Medina solamente sabemos que fue confesor de Narcisa, posiblemente en
el tiempo que ejercía el rectorado del seminario Guayaquileño. Fue un varón
apostólico. Jamás pobre alguno tocó su puerta sin recibir de su mano un
socorro…Célebre por la auteridad de su vida, por sus profundos conocimientos
como Teólogo y Canonista por su vida consagrada a la educación de la juventud,
y por el tino con que supo manejar la Diócesis de Guayaquil. Murió en Guayaquil
el día 14 de Mayo de 1868.
97 - "Aguirre Cepeda Jacinto"
Existe en Guayaquil un
expedientillo, hecho a principios del siglo pasado por el Dr. Jacinto de
Aguirre y Cepeda, posteriormente Vicario de esa diócesis, con el objeto de
probar su parentesco con el P. Aguirre y obtener a título de pariente, los
originales dejados por el difunto. Lo obtuvo en efecto, a lo que parece, más se
ignora cómo la persona a quien debe éste dato, no sabe que suerte cupo a los
papeles así obtenidos.
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